uno, dos, tres, cuatro

UNO
las palabras. inertes. dejadas en el folio
son objetos. sobre el muro de la tierra
caen y todo es sólo un embrollo.
se animan cuando las desentierra
entre plumas y libros el escriba. un despojo
tranquilo enmarca esta vacía guerra
donde sólo consuela la condena
de escribir sin ya decir nada
que da lo mismo. que en definitiva
más allá no hay nada. y aquí no es bastante.
DOS
en el soporte. la pluma y el lápiz
han duplicado en el libro el signo
claro y diverso al desafiar la vida
con la palabra. el texto. en el esfuerzo
por encontrar desde aquí una vía de salida.
el juego en la tinta del dibujo.
del saltimbanqui sólo queda un gesto
sobreentendido. en el horizonte del folio.
existir. este arte del embrollo.
o escribir. nada más salvo esto.
TRES
palabra. así comienza un madrigal
escogiendo con precisión el signo. los versos
conducen una imagen mental
que aparece en el folio. delineándose
en el recuerdo de símbolos. virtual.
ciento diez sílabas que los diferentes
casos del sentido desvanecen. por lo demás
el escritor es su árbitro incomprendido
entre conceptos-ensamblaje y rimas. en este
cuadro. entre ludus y lusus. suspendido.
CUATRO
el sujeto se sustrae. es absorbido
por el propio hacer sobre el folio un nudo
de formas o versos en un libro infinito.
las ruinas de la nada de tal modo
inscritas a ratos en rimas entre el bosquejo
del texto traman ligeros cualquier articulación.
queda. corpus vil. la filigrana
de una lábil silueta a contraluz
y el lápiz que deslizándose emana
el signo. que a las cosas reconduce. (1)
(1) Poema de Tommaso Lisa.
0 comentarios